lunes, 25 de enero de 2010

La luz

Hace un tiempo, un viejo amigo al que hacía años que no veia, Marcelo Cernich, me contó algo sobre su profesión: él siempre creyó que la arquitectura, y hablaba de la construcción de una casa, un puente o un templo, implicaba entender el espacio como el marco para la ceremonia de sus habitantes.

Me pareció en ese momento una idea luminosa. Desde hace unos días, la convicción de Marcelo me ronda.

Pensé que lo que llamamos forma en cine podría entenderse como el marco para las ceremonias que allí se ponen en juego; una fundamentalmente: la Ceremonia de la Luz.

Volví a visitar, entonces, el libro "Culto a la luz", de Sven Nykvist, del que quisiera compartir con ustedes un fragmento:

"No cabe duda de que fue Ingmar Bergman el que me enseñó a sentir veneración (respeto, gratitud) por la luz, la luz real, verdadera y viva. Fue trabajando con aquellas películas en blanco y negro, Como en un espejo, Los comulgantes, El silencio, Persona, y luego en las películas en color, Pasión y Gritos y susurros".

Del trabajo en Los comulgantes, cuenta:

"Creí que tenía una tarea más fácil ante mí (más fácil que en Como en un espejo, rodada en momentos como el amanecer o el atardecer). Se desarrollaba a la luz del día, la mayor parte en una iglesia, durante unas pocas horas.

- Esto va a ser fácil-le dije una Ingmar, en tres horas, dentro de una iglesia en pleno día, la luz no puede cambiar mucho.

Ingmar casi se enfadó.

- No tienes ni idea. Eso es precisamente lo que ocurre y eso es precisamente lo que busco. El cambio gradual, casi imperceptible, casi sin sombras.

Desde el punto de vista de la iluminación, Los comulgantes es una de las películas más notables de Ingmar, pero pocos son quienes lo perciben cuando la ven. La sencillez resulta mucho más ingrata que la hermosa luz. Nadie entiende el trabajo que hay detrás de eso. Para mi el rodaje fue como una importantísima escuela con un profesor que, a veces, me parecia demasiado exigente. Como suele ocurrir, esto se agradece después "


Un abrazo a todos


Gustavo