sábado, 10 de noviembre de 2012

La Casa - Crítica (Diario La Nación)

La conciencia del paso del tiempo

Por Alejandro Lingenti  | Para LA NACION
La casa (Argentina / 2011). Dirección y guión: Gustavo Fontán. Fotografía: Diego Poleri. Edición: Mario Bocchicchio. Sonido: Javier Farina. Sonido directo demolición: Omar Mustafá. Duración: 61 minutos. Calificación: apta para todo público. Nuestra opinión: muy buena

Parte de una trilogía que completan dos películas ya estrenadas, El árbol y Elegía de abril , esta película de Gustavo Fontán consigue en apenas una hora atrapar y conmover con su enorme carga sugestiva. En La casa , este director argentino riguroso y original habla una vez más de las ausencias, de la fugacidad de los recuerdos y de los mecanismos de reconstrucción del pasado, una tarea a veces grata, a veces dolorosa que siempre tiene repercusiones sobre el presente. El enorme poder evocativo de La casa está directamente relacionado con la capacidad de Fontán de construir planos que reúnen belleza y eficacia (es excelente el trabajo fotográfico de Diego Poleri). Su cine tiene algo que no es fácil conseguir, una poética. Esa poética, sólida e identificable, está construida sobre la base de una sorprendente capacidad para observar cada detalle de una manera novedosa: la silueta de unas acacias, la oscuridad de cuartos abandonados, el deambular de algunos personajes que alguna vez le dieron vida a ese lugar que indefectiblemente desaparecerá y sólo quedará fijado en la memoria de los que pasaron por allí. La casa es una película onírica, plagada de sombras y fantasmas. Una película sobre la conciencia del paso del tiempo. Fontán es de los pocos cineastas argentinos que tienen un programa y lo cumplen a rajatabla. Su cine refleja la relación del hombre con la naturaleza y con la muerte. Dicho de este modo puede sonar solemne, pero lo cierto es que sus películas están incendiariamente vivas

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